Alina Santander (AS), una joven cochabambina de 24 años, quiere convertir un sueño de infancia en un hito histórico para ella y el país.

Con una sólida trayectoria que incluye siete años de colaboración con la NASA y estudios en la prestigiosa Universidad de Stanford, esta ingeniera aeroespacial se ha embarcado en una nueva y emocionante misión. Busca ser la primera boliviana en viajar al espacio, participando en un exigente programa de Blue Origin, la compañía espacial de Jeff Bezos. La ingeniera postula a través de la Space Exploration & Research Agency (SERA).

En esta entrevista con la revista Boliviana (BOL), Alina comparte detalles de su trayectoria, desde sus inicios inspirados por su madre hasta su visión de un futuro donde Bolivia tiene un papel protagónico.

- BOL: A tus 24 años, ¿cuál ha sido el mayor desafío que has enfrentado en tu camino para convertirte en ingeniera aeroespacial y cómo lo superaste?

- AS: Desde muy pequeña soñé con estudiar ingeniería aeroespacial, pero en Bolivia esa carrera no existía. Así que uno de mis mayores desafíos fue dejar mi tierra para perseguir mis sueños. Partí de mi hogar, de mi familia, de mis tradiciones y de mis montañas para aventurarme en lo desconocido.

- BOL: Trabajaste en proyectos de la NASA durante siete años. ¿Podrías compartir alguna experiencia o proyecto específico de ese tiempo que te haya marcado especialmente?

- AS: Dedicar siete años a este proyecto ha sido una de las experiencias más transformadoras de mi vida. Aprendí de todo: de liderazgo, de comunicación, de ciencia, de trabajo en equipo. Pero lo más valioso fue abrir una puerta para que otros bolivianos puedan asomarse al mundo aeroespacial. Haber inspirado aunque sea a una persona a creer que este camino también es suyo, ha sido la recompensa más grande.

- BOL: La competencia de Blue Origin busca personas de países sin agencias espaciales. ¿Qué representa para ti la oportunidad de poner a Bolivia en el mapa de la exploración espacial?

- AS: Bolivia tiene mucho que aportar al espacio, aunque el mundo aún no lo vea con claridad. Somos un país de altura, literalmente: nacemos en el cielo más cercano a las estrellas. Nuestra cultura, nuestros saberes y nuestra resiliencia pueden enriquecer la exploración espacial. Llevar a Bolivia al cosmos es tanto un honor como una responsabilidad: es demostrar que hasta las naciones pequeñas tienen un lugar en lo infinito.

- BOL: Además de la experiencia de viajar al espacio, ¿qué mensaje esperas transmitir a las nuevas generaciones de bolivianos sobre la ciencia?

- AS: Si logro llegar al espacio, quiero llevar no solo la bandera de mi país, sino también un mensaje urgente: no tenemos un planeta B. Nuestra Tierra es la nave que nos transporta por el universo y la estamos descuidando. Antes de conquistar otros mundos, debemos aprender a cuidar el nuestro. Quiero recordar al mundo que mirar hacia las estrellas debe ir de la mano con cuidar los suelos que pisamos.

- BOL: ¿Qué papel ha jugado tu familia en tu carrera y en el apoyo a este gran sueño?

- AS: Mi familia ha sido la raíz de todo lo que soy. Mi madre, inspiración constante, sembró en mí la fe en lo imposible. Mi hermana y mi familia entera me recordaron siempre que ningún sueño era demasiado grande. Creyeron en mí incluso cuando yo dudaba. Y gracias a esa confianza heredada, aprendí a creer también en mí misma.

- BOL: El apoyo en redes sociales es clave para avanzar en esta fase. ¿Cómo te sientes al ver la respuesta de tus compatriotas y qué significa ese apoyo para ti?

- AS: El apoyo de la gente ha sido inmenso y conmovedor. He recibido mensajes llenos de cariño y esperanza. Muchos sueñan con ver a Bolivia en el espacio, y yo deseo ser una digna representante de todos ellos.

Esta experiencia me recuerda la bondad de nuestra gente: cuando trabajábamos para competir en la NASA, fueron varias empresas y personas bolivianas las que nos apoyaron. Ir al espacio nunca es un viaje en solitario: es una travesía colectiva, un sueño compartido.

- BOL: En tus propias palabras, ¿qué es lo más fascinante del universo y la exploración espacial para ti?

- AS: A veces lo desconocido provoca temor, pero yo he aprendido a mirarlo con curiosidad. Desde tiempos ancestrales, los humanos hemos levantado la vista a las estrellas para preguntarnos de dónde venimos y hacia dónde vamos. Explorar el universo es también explorarnos a nosotros mismos. Lo desconocido ya no me intimida: me invita a descubrir.

- BOL: ¿Cómo crees que la misión de Blue Origin podría inspirar a otros países de Latinoamérica a invertir más en ciencia y tecnología?

 - AS: Programas como este encienden la chispa de la inspiración en miles de personas. Hoy participamos sudamericanos de muchos países, y entre ellos Bolivia también brilla en los rankings. Eso abre puertas no solo para mí, sino para todos los jóvenes que sueñan con llegar más lejos. Ver a Latinoamérica unida en este reto es un recordatorio de que la exploración no tiene fronteras.

La industria de los smartphones está librando una batalla por la delgadez, y dos gigantes han presentado sus contendientes más delgados hasta la fecha. Con la reciente presentación del iPhone Air, Apple ha demostrado que sigue comprometido con la innovación en diseño, creando un dispositivo de solo 5.6 mm de grosor.

Sin embargo, esta delgadez no es un territorio inexplorado, ya que Samsung lanzó en mayo pasado su Galaxy S25 Edge, un teléfono que mide 5.8 mm.

Aunque la diferencia es de apenas 0.2 mm, en el mundo de la tecnología cada milímetro cuenta. Para entender cuál de los dos dispositivos es el verdadero campeón de la delgadez y la funcionalidad, hemos comparado sus especificaciones de acuerdo con el análisis hecho por varias publicaciones tecnológicas.

Más allá de la delgadez

La delgadez no es el único factor a considerar. A pesar de ser más delgado, el iPhone Air es ligeramente más pesado y menos ancho que el Galaxy S25 Edge, que pesa 163 gramos frente a los 165 del iPhone.

En cuanto a la pantalla, Samsung optó por la grandeza: el Galaxy S25 Edge tiene una pantalla Dynamic AMOLED 2X de 6.7 pulgadas, mientras que el iPhone Air se queda con una Super Retina XDR OLED de 6.5 pulgadas. Ambas ofrecen una tasa de refresco de 120 Hz, pero la de Samsung promete una mayor resolución y brillo.

Cámaras y baterías

El apartado de las cámaras muestra una clara diferencia de enfoque. Samsung incluyó un sistema dual con una impresionante cámara principal de 200 megapíxeles y un ultra gran angular de 12 megapíxeles. El iPhone Air, en cambio, apuesta por un único sensor de 48 megapíxeles, que si bien podría ser superior en condiciones de poca luz por su diseño, carece de la versatilidad del ultra gran angular. No obstante, la cámara frontal del iPhone Air, de 18 megapíxeles, supera a la de 12 megapíxeles del S25 Edge.

La duración de la batería, un aspecto crítico, también favorece a Samsung sobre el papel. El Galaxy S25 Edge viene con una batería de 3900 mAh, mientras que el iPhone Air se estima que tiene una de 3149 mAh. La eficiencia del procesador y el tamaño de la pantalla jugarán un papel clave en el rendimiento final, pero Samsung tiene una ventaja inicial en este rubro.

El precio

Aunque el Samsung Galaxy S25 Edge parece tener la ventaja en varias especificaciones clave, el precio podría ser el factor decisivo. El dispositivo de Samsung se vende hasta en $us 1.600 el teléfono de 512 GB, mientras que el iPhone Air tiene un precio de hasta $us 1.700 por la misma capacidad.

En resumen, el Galaxy S25 Edge es un teléfono más grande y robusto, con una pantalla, batería y cámaras superiores. Sin embargo, el iPhone Air se lleva la corona en la delgadez. Sin una comparativa directa en la práctica, es difícil saber cuál es la mejor compra, pero lo que está claro es que el mercado de los smartphones tiene dos nuevos y potentes contendientes en la carrera por la máxima esbeltez. Pie de foto para fotos de comparación:El iPhone Air (izq.) vs el Samsung Galaxy S25 Edge (der.).

¿Recuerda el Meta Watch que nunca llegó a existir? Pues bien, podría estar de regreso, ya que, según se informa, Meta ha vuelto a desarrollar un reloj inteligente y podría lanzarse justo a tiempo para competir con el Apple Watch 11.

Según un informe de DigiTimes, Meta está "reviviendo" sus planes de reloj inteligente y desarrollando un nuevo dispositivo portátil con una posible lente de cámara incorporada, y está preparado para funcionar junto con sus próximas gafas inteligentes, que podrían ser las rumoreadas gafas "Meta Celeste" .

Una vez más, Meta busca incluir una cámara en su rumoreado smartwatch. Hace unos años, se rumoreaba que su smartwatch de Facebook vendría con dos cámaras, pero, según informes, los planes se descartaron. Ahora, parece que Meta ha cambiado de opinión.

No está claro para qué serviría esta cámara, pero teniendo en cuenta que sus gafas inteligentes Ray-Ban Meta vienen con funciones de IA que utilizan la cámara, el reloj inteligente podría ofrecer herramientas de IA similares, si también viene equipado con una cámara.

Si Meta planea lanzar un reloj inteligente, este se distinguiría de los mejores relojes inteligentes por su posible cámara y su conexión con sus rumoreadas gafas inteligentes. Mientras tanto, Apple supuestamente tenía planes para un Apple Watch con cámara, utilizando Inteligencia Visual, pero se informó que este fue cancelado.

Meta parece tener muchos productos nuevos en mente, incluyendo sus rumoreadas gafas inteligentes, Meta Quest 4, y el reciente lanzamiento de las gafas Oakley Meta HSTN . Si un reloj inteligente está en camino, demuestra que Meta está ampliando aún más su selección.

Según el informe, el reloj inteligente Meta podría llegar a tiempo para el próximo evento Meta Connect, que tendrá lugar el 17 de septiembre. Sin embargo, como lo descubrió Wccftech, Digitimes también afirma que "no está claro" si el reloj inteligente se lanzará durante el evento.

Investigan Nueva Tecnología

Los laboratorios de Realidad de Meta han publicado una nueva investigación que podría transformar los relojes inteligentes del futuro. Utiliza reconocimiento neuronal para comprender los movimientos de tus manos y convertirlos en acciones y gestos.

La investigación utiliza micromovimientos de nuestras manos para controlar ciertos parámetros dentro del reloj. Esto permite detectar, por ejemplo, los movimientos de cada uno de los dedos y pulgares, lo que permitiría un control a gran escala.

No es algo totalmente nuevo. Ya se vio a Apple introducir su función Doble Toque en modelos como el Apple Watch Ultra 2, que funciona con una idea similar: rastrear los movimientos y los cambios en el flujo sanguíneo para reconocer cuándo se ha realizado la acción.

Sin embargo, la tecnología Meta va más allá, con rastreadores alrededor de la pulsera que permiten al dispositivo reconocer un rango más amplio de movimientos, como tocar, deslizar y pellizcar, con gran precisión.