1. Playas espectaculares y clima agradable Iquique es conocido por sus hermosas playas, especialmente Playa Cavancha, ideal para nadar, tomar sol y practicar deportes acuáticos como el surf, gracias a su clima templado y soleado durante todo el año.
Iquique es un destino que combina historia, aventura, cultura, compras y naturaleza, ofreciendo panoramas para todos los gustos y edades.
2. Capital del surf y deportes extremos La ciudad es un referente mundial para el surf, con olas reconocidas internacionalmente. Además, puedes practicar sandboard en las dunas del Cerro Dragón y parapente desde los farellones costeros, disfrutando de vistas únicas del contraste entre el desierto y el mar.
3. Historia salitrera y Patrimonio de la Humanidad Las oficinas salitreras de Humberstone y Santa Laura, declaradas Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, permiten conocer el pasado industrial que marcó a la región y recorrer verdaderas ciudades fantasma llenas de historia.
4. Museo Corbeta Esmeralda y legado de la Guerra del Pacífico El Museo Corbeta Esmeralda, una réplica a escala real del emblemático buque chileno, ofrece una experiencia inmersiva sobre el Combate Naval de Iquique, fundamental en la historia nacional.
5. Paseo Baquedano y arquitectura histórica El Paseo Baquedano es un boulevard peatonal con arquitectura de la época dorada del salitre, casas de madera, museos, restaurantes y bares, ideal para caminar y disfrutar del ambiente bohemio y cultural de la ciudad.
6. Plaza Prat y Torre del Reloj La Plaza Prat, corazón de Iquique, y su icónica Torre del Reloj, son puntos de encuentro y símbolos de la ciudad, rodeados de edificios históricos y espacios para actividades culturales.
7. Zona Franca (Zofri) para compras Iquique es famoso por su zona franca, el Mall Zofri, donde se pueden adquirir productos importados libres de impuestos, desde tecnología hasta perfumes y chocolates, a precios muy competitivos.
8. Diversidad cultural y gastronómica La ciudad es un crisol de culturas, reflejado en su gastronomía, mercados como el Terminal Agropecuario (“El Agro”) y la variedad de restaurantes con influencias peruanas, bolivianas y chilenas.
9. Excursiones a oasis y termas En las cercanías, puedes visitar el oasis de Pica para disfrutar de sus piscinas naturales y frutas exóticas, o relajarte en las termas de Mamiña, famosas por sus aguas medicinales.
10. Paisajes únicos y naturaleza Desde la Laguna Roja en Camiña, los geoglifos de Pintados, hasta el Parque Nacional Volcán Isluga y los campos de quinoa, Iquique y sus alrededores ofrecen paisajes sorprendentes y una naturaleza singular, perfecta para el turismo fotográfico y de aventura.
Turismo
Nuevas oportunidades: BoA inaugura la ruta Santa Cruz – Barcelona y abre nuevas rutas
La aviación comercial boliviana vive un momento histórico. Boliviana de Aviación (BoA), línea aérea de bandera nacional, inauguró oficialmente su nueva ruta directa entre Santa Cruz de la Sierra y Barcelona, convirtiéndose en el primer vuelo regular que conecta de manera directa a Bolivia con la capital catalana. Esta apertura no solo representa un avance en términos de conectividad aérea, sino que también abre una ventana estratégica para el turismo, los negocios y la proyección internacional del país.
El vuelo Santa Cruz–Barcelona coloca a Bolivia en un mapa estratégico de conexiones. Hasta ahora, los viajeros bolivianos que buscaban llegar a España o al resto de Europa debían realizar escalas en Madrid u otras capitales, encareciendo tiempos y costos. Con esta nueva operación, BoA ofrece un enlace directo a una de las ciudades más dinámicas y turísticas del mundo.
Barcelona es, después de Madrid, la segunda puerta de entrada más importante a Europa. En 2023, el Aeropuerto de El Prat recibió más de 40 millones de pasajeros, consolidándose como uno de los principales hubs del continente. Su ubicación privilegiada permite a los pasajeros conexiones rápidas hacia Francia, Italia, Alemania y el resto de la Unión Europea, lo que convierte esta ruta en una opción competitiva para viajeros de negocios, migrantes y turistas.
Impacto en el turismo y la economía
Desde el punto de vista turístico, el vuelo tiene un doble efecto. Por un lado, facilita el ingreso de visitantes europeos a Bolivia, reduciendo la barrera del acceso y ofreciendo un producto más atractivo para operadores turísticos que comercializan destinos andinos y amazónicos. Lugares como el Salar de Uyuni, el Lago Titicaca, la Chiquitania y el Madidi podrán promocionarse con mayor fuerza en mercados de alto poder adquisitivo como el catalán y el francés.
Por otro lado, abre la posibilidad para que los bolivianos viajen con mayor comodidad hacia Europa, no solo por motivos turísticos, sino también para fortalecer vínculos familiares y culturales. Se estima que en Cataluña reside una de las comunidades bolivianas más numerosas en el continente, lo que asegura una alta demanda de pasajeros en ambos sentidos.
La ruta también representa una oportunidad para el intercambio comercial. Barcelona es un centro logístico de primer nivel, con un puerto marítimo de gran relevancia en el Mediterráneo. Esto permitirá potenciar el transporte de carga aérea boliviana, especialmente productos frescos y de exportación no tradicional, generando nuevas oportunidades para los empresarios del país.
La apuesta de BoA en aeronavegación
Desde el punto de vista aeronáutico, el vuelo está siendo operado con aeronaves de fuselaje ancho, adaptadas para trayectos intercontinentales, lo que refleja la apuesta de BoA por consolidarse como un actor de referencia en la región. Este tipo de operaciones requiere planificación técnica, acuerdos bilaterales y un nivel de servicio competitivo frente a aerolíneas internacionales de gran experiencia.
El reto será sostener la regularidad y garantizar estándares de calidad que posicionen a BoA como una opción confiable en un mercado altamente exigente. La puntualidad, la atención a bordo y la conectividad con otras rutas nacionales serán claves para consolidar la confianza del pasajero.
La inauguración de la ruta Santa Cruz–Barcelona no es un hecho aislado, sino parte de una estrategia de ampliación de BoA en el mercado internacional. La línea aérea ya conecta a Bolivia con Miami y Madrid, y ahora suma a Barcelona como tercer destino intercontinental. Esto coloca al país en una red aérea cada vez más amplia, con el potencial de convertir a Santa Cruz en un hub regional.
El desafío inmediato será mantener la competitividad frente a aerolíneas extranjeras que operan en la región con tarifas agresivas y amplia cobertura. Para lograrlo, BoA deberá apostar por la eficiencia operativa y un servicio diferenciado que potencie el valor de viajar en la aerolínea nacional.
Una oportunidad de país
Más allá del aspecto aerocomercial, la nueva ruta representa una oportunidad para Bolivia como país. Facilitar el ingreso de turistas, fortalecer los lazos con la diáspora boliviana en Europa y abrir canales comerciales con el Mediterráneo son pasos que trascienden lo meramente aeronáutico.
El turismo receptivo, uno de los sectores con mayor potencial de crecimiento, puede encontrar en esta ruta un verdadero catalizador. Si se acompaña de campañas de promoción internacional, alianzas con operadores europeos y mejoras en infraestructura turística interna, Bolivia podrá posicionarse con más fuerza en el competitivo mercado global.
La inauguración de la ruta Santa Cruz–Barcelona es, en definitiva, un puente de oportunidades. Un vuelo que no solo acerca distancias, sino que también acerca sueños, inversiones y proyectos. BoA, como aerolínea bandera, asume el reto de volar más alto y de abrirle al país un horizonte donde el turismo, la economía y la identidad nacional encuentren nuevas formas de despegar.
Turismo
Washington Dc: Cómo pasar un día en la capital de Estados Unidos y lograr conocer los lugares imperdibles
Desde monumentos conmemorativos y nacionales hasta edificios del gobierno federal, Washington DC es un lugar único. Hay barrios preciosos para explorar, un montón de bares divertidos y comida excelente. Incluso si solo está por un día, puede hacer un itinerario completo.
Tome un tour en bus que recorra muchas de las principales atracciones como la Casa Blanca, el Monumento a Lincoln e incluso el Capitolio de los Estados Unidos, aunque si desea entrar, deberá unirse a una visita guiada por separado .
También puede disfrutar de un rato de relax en el Parque Costero de Georgetown, uno de los principales barrios de la ciudad. Otra experiencia increíble es hacer un crucero por el río Potomac.
Visitar los monumentos conmemorativos es otro de los momentos culminantes. Hay muchísimos y puede conocer el Monumento a los Veteranos de Vietnam, el Monumento a Jefferson y el Monumento a Martin Luther King, Jr., que son realmente interesantes.
Museos
Como el complejo museístico, educativo y de investigación más grande del mundo, el Instituto Smithsonian es un enorme complejo que consta de museos, galerías e incluso un zoológico.
Mientras esté en la ciudad, recomendamos visitar uno de los museos Smithsonian, especialmente porque es una de las mejores actividades gratuitas en Washington DC.
Visite el Museo Nacional de Historia Natural. Hay muchísimas exposiciones donde verás fósiles, momias, vida marina, geología y mucho más. A continuación, vaya al Museo Smithsonian de Arte Americano (SAAM), que alberga obras de arte increíbles.
Uno de los museos más populares del Smithsonian es el Museo Nacional de Historia y Cultura Afroamericana. Si bien la entrada es gratuita, es necesario reservar un pase en su sitio web para obtener una hora de entrada.
Si ya has visitado los museos o simplemente estás buscando una experiencia diferente en DC, te recomendamos encarecidamente que visites Georgetown .
Georgetown
Esta encantadora zona es el barrio más antiguo de Washington DC. Está llena de tiendas encantadoras, hermosos edificios, calles adoquinadas y también algunos restaurantes deliciosos. Además, todo es transitable a pie, así que si alquila un coche , puede aparcarlo en un garaje o encontrar aparcamiento en la calle.
Para empezar bien la mañana, recomendamos ir a Baked and Wired. Es una cafetería familiar que vende una variedad de productos horneados y un café delicioso. Si buscas algo más sabroso, 90 Second Pizza es la opción perfecta . Dedican 48 horas a preparar su masa desde cero y luego la hornean durante 90 segundos para obtener una pizza de comida rápida perfecta.
Como alternativa, puede cruzar la calle y pedir un clásico rollo de langosta en Mason's Famous Lobster Rolls. Para un capricho elegante, disfrute de los macarons de Ladurée, cerca de la calle M. Son tan bonitos como deliciosos.
Cena y Cócteles
Después de un día completo de turismo, puede hacer una pausa en el Old Ebbitt Grill. Es un edificio impresionante con un diseño interior de la época victoriana, y aunque originalmente abrió sus puertas como pensión, también es el bar más antiguo de Washington DC.
La comida es increíble. Si le gusta el marisco, no se pierda la salsa de cangrejo para empezar. De entrantes, pida salmón y trucha, ambos exquisitos, y de postre, solicite el pudín de pan con caramelo salado.
Para el cóctel, hay varios bares, uno de ellos es el Round Robin Bar, ubicado dentro del Hotel Willard Washington. Sus cócteles y servicio son excepcionales, y disfrutar de un Mint Julep (su bebida insignia) en su elegante barra redonda es sin duda una experiencia divertida.
Si le interesa la experiencia clásica de una taberna americana, visite Shelly's Back Room para disfrutar de un whisky y un puro. Y no olvide que Boliviana de Aviación (BoA) ya cuenta con vuelos directos a Washington DC.
Turismo
Washington: Santa Cruz abre sus alas; crónica de un viaje inaugural
El amanecer en Santa Cruz de la Sierra tiene un fulgor especial. El aire tibio acaricia las palmeras y, en el horizonte, los primeros rayos del sol pintan de oro los techos rojos y las avenidas despiertas. Pero esa mañana no era una cualquiera: el aeropuerto de Viru Viru latía con una expectativa distinta, casi mágica. En sus pasillos, voces emocionadas y miradas brillantes coincidían en un mismo destino: el vuelo inaugural que uniría a Santa Cruz con Washington.
Los altavoces anunciaron la hora. Con cada paso hacia el avión, los viajeros no llevaban solo equipajes, sino esperanzas. Era como si todo un país se subiera a ese vuelo. Bolivia, diversa y vibrante, emprendía un viaje simbólico: desde los llanos verdes de la Amazonía hasta la solemnidad de los monumentos que guardan la memoria de una potencia. El rugido de los motores no fue ruido, sino canto: un himno a la conectividad, al encuentro de culturas, a la certeza de que ningún horizonte está demasiado lejos cuando se vuela con sueños.
A través de las ventanillas, el paisaje iba cambiando: primero la vasta planicie cruceña, luego cordilleras que parecían plegarse como un libro abierto, y más allá, el océano, ese espejo inmenso que une y no separa. Cada nube era un recordatorio de que el viaje no es solo desplazamiento, sino también transformación. En las butacas, diplomáticos hojeaban discursos, turistas repasaban guías de viaje, y familias compartían anécdotas entre risas y nervios. Todos diferentes, todos unidos en un mismo itinerario que borraba fronteras.
Este vuelo nacía de una ciudad que se ha convertido en motor económico y cultural del país. Santa Cruz no es solo una urbe moderna, sino un mosaico de tradiciones vivas, de mercados donde la fruta huele a infancia y plazas donde la música suena como una invitación a quedarse. Al partir desde Viru Viru, no se abandona un lugar: se lleva consigo el calor humano cruceño, su hospitalidad contagiosa y esa fuerza vital que siempre sueña con más.
Horas después, el avión se posaba en tierras que respiran historia. Washington, con sus avenidas custodiadas por árboles centenarios y sus monumentos que parecen eternos, abría los brazos. Allí, la arquitectura habla de poder y solemnidad, pero también de arte y belleza. Los viajeros descendieron sabiendo que esa ciudad no es solo capital política, sino un gran museo al aire libre, donde los cerezos florecen como versos en primavera y donde cada calle parece estar escrita en tinta indeleble en el libro del mundo.
Este primer vuelo no fue únicamente una operación aérea: fue un poema escrito en el cielo, un símbolo de integración entre dos pueblos que, aunque distantes en geografía, se reconocen en sus ansias de encuentro. Santa Cruz y Washington ya no están separadas por miles de kilómetros: las une un puente invisible que se construye cada vez que un avión despega.
Cuando los pasajeros pisaron suelo estadounidense, lo hicieron sabiendo que no eran simples viajeros, sino protagonistas de un momento histórico. Porque en cada viaje inaugural hay una semilla de futuro, un recordatorio de que el turismo no es solo industria, sino también diálogo, abrazo y descubrimiento.
El vuelo inaugural Santa Cruz – Washington nos recuerda que viajar es mucho más que llegar a destino: es aprender a mirar distinto, es dejarse transformar por lo nuevo y, sobre todo, es celebrar la certeza de que el mundo, al fin y al cabo, cabe en un mismo cielo.
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